Y como las sospechas, fundadas o no, de los gobiernos de los EEUU y de la Unión Europea tienen un mayor peso específico que las de todos los demás gobiernos del mundo, dichas sospechas se han convertido en una norma de aviación internacional. Lo de costumbre: fotografía digital, el scan de las 5 huellas dactilares y la pregunta obligada, la razón de mi viaje a Nueva York.