En los octavos de final, cayó contra la selección francesa -capitaneada por Zidane-, la cual había logrado superar con gran dificultad la primera ronda del torneo. Fue la primera vez que tuvieron oportunidad los técnicos de la selección española de ver qué tal se desenvolvía en competición esta generación, camiseta barcelona con la que ya empezaron a trabajar en vistas de lo que puedan ofrecer en sucesivos años antes de dar el salto a las categorías superiores.